Thursday, December 07, 2006


“Sólo que sé es que, era ciego y ahora puedo ver”

Muchas veces hemos caído en esta situación, yo misma me he enredado en mis “intelectualísimas” explicaciones.
Explicaciones acerca de lo que Dios hace y deshace, de su poder y su gloria, de su Verdad indisoluble con el tiempo y su permanencia a pesar de cualquier circunstancia humana.
Efectivamente, Dios nos dio la capacidad de explicar y “defender” nuestra Fe, en el momento en que nos requieran las razones que tenemos para creer. El punto es que a veces hemos olvidado que justamente es Dios, y solamente él, quien nos da esa capacidad...y no con una “varita mágica”, sino con el Poder de la Persona del Espíritu Santo.
Él se manifiesta en la humildad de sus hijos y en el pleno reconocimiento que nuestra “capacidad” de ser instrumentos suyos, es reconocer nuestra incapacidad de hacer su obra por cuenta nuestra, por más “experiencia” que tengamos o por más años en su camino, que llevemos a cuesta.
Ser absolutamente dependientes de su voluntad y de lo que él ha planeado de forma perfecta, es lo que necesitamos para cumplir en nuestras vidas y como Iglesia suya, el propósito de ser Una Gran Familia con muchos hijos semejantes a Jesús.
No hablemos de nuestra experiencia, no andemos “invitando” a la gente a nuestras lindas reuniones, vayamos y hagamos discípulos, pero no nos movamos siquiera sin haber recibido el Poder de lo Alto, El Espíritu Santo.
Quizá solamente así, muchos vengan en pos de Cristo al oirnos decir con sencillez y verdad: “Sólo sé que era ciego y ahora puedo ver”.